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martes, 21 de diciembre de 2010

Pequeñas historias de estación.

Sentado en el banco observaba el ir y venir de los viajeros. Subían, bajaban, se despedían y se encontraban. Profundas tristezas e inmensas alegrías.

Dos horas ya.

Comprendió entonces que no tenía sentido esperar más. Cogió el libro y se levantó.
Su caminar era lento y pesado. ¡Esta maldita rodilla!
Pero su dolor no venía de las piernas sino del corazón. Hasta el último momento confió en que vendría, pero...

De repente, a lo lejos y a contraluz, una silueta entre las demás.
¡No puede ser!, A ver... ¡Si, si, es ella!
Corrió a su encuentro, ya no importaba la rodilla. Se abrazaron y el mundo cambió.

- Pero, ¿En qué tren has llegado?
- Pues en el de las 2.
- ¡No puede ser!, llevo dos horas en el andén esperando.
- En la cafetería, habíamos quedado en la cafetería, ¿no recuerdas? En aquella mesa, la misma en la que nos despedimos hace veinte años.
 - Llevo allí dos horas pensando que te habías arrepentido.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Venga, "pesaooooo"...

-¡Va, va!, Ya termino, me quedan sólo unos trazos en el pelo.

… y la radial para cortarlas. Y que no se me olvide el barniz para la pérgola, aunque la cubra es bueno darle una manita porque la lluvia y el viento la estropean…

-¡Bueno!, ¿Acabas o no?

-¡Si, Si!, Ya queda poco.

… tengo que acordarme también de la masilla para la chimenea… ¡Ah! Y me llevaré los pasteles, creo que tendré algo de tiempo…

-¡Bueno, ya me he cansado!

- Espera, sólo treinta segundos más.

-¿Treinta segundos de los “normales” o de los “tuyos”?

lunes, 13 de diciembre de 2010

El Gran Hermano te vigila.


Es imperdonable asociar el personaje de la genial novela de Orwell con el título del popular programa de telebasura.
Bajo el pretexto de ser un experimento sociológico, un grupo de “ciudadanos de a pie” encerrados en un espacio común son observados de forma anónima por millones de ojos que escudriñan todos sus movimientos. El morbo esta servido.
Nada tiene esto que ver con Winston Smith, protagonista de 1984. Su mísera vida tiene como único objetivo liberarse de la tiranía del Gran Hermano y del Partido Interior que intentan controlar sus actos y su pensamiento. En su mundo, el Sistema fagocita al individuo. Lo uniforma, lo tutela y lo controla “por su propio bien”, reservando la habitación numero 101 para aquel que comete el mayor pecado del mundo: pensar por si mismo.
Al igual que otros autores Orwell critica inteligentemente los sistemas totalitarios y nos advierte de las terribles consecuencias que, para el individuo, acarrea el excesivo control y regulación por parte del Estado.

Pero mientras estas obras duermen en las estanterías, millones de mentes se acoplan diariamente al programa televisivo que ya va por la doceava temporada. Mediante la telepantalla el Sistema interfiere el tiempo libre del individuo, controla sus actos, les induce lo que deben pensar y a quién deben odiar… les entretiene. Se preocupa de narcotizarlos con el ocio fácil para que no busquen en las estanterías formas de librepensamiento que permitan la crítica a los miembros del “Partido Interior”.

De vez en cuando alguien despierta y se pregunta: ¿Quién es el observado?
Cuando esto sucede, la sociedad rápidamente lo envía a la habitación 101.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Ayúdame a pasar la noche


En los auriculares Kris Kristofferson  comienza a desgranar muy lentamente las estrofas de su mítica "Help me make it through the night". Mientras fuera, tras los cristales, la nieve se posa suavemente sobre los árboles y el suelo ...

Quítate la cinta del pelo
sacúdelo, déjalo caer,
que se extienda suavemente sobre mi piel
como las sombras en la pared.


Ven y tiéndete a mi lado
hasta la primera luz del alba.
Todo lo que quiero es tu tiempo.
Ayúdame a pasar la noche.


No me importa lo que está bien o mal,
no intento entender...
¡Que el diablo se lleve el mañana!
Señor,  esta noche necesito una amiga.


El ayer está muerto, ha pasado ...
y el mañana aún no se ve.
Y es triste estar solo.
Ayúdame a pasar la noche.


Señor, es triste estar solo.
Ayúdame a pasar la noche ...

Una canción aparentemente simple, pero con  profundo contenido y una hermosa melodía country.
Tras la ventana sigue nevando. Mientras disfruto de este momento íntimo y melancólico me esfuerzo por prolongarlo repitiendo la canción hasta la saciedad al tiempo que intento captarlo con los pinceles.