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lunes, 24 de enero de 2011

Historia sin final sorprendente.

Fumaba desesperadamente. Tiritaba, no por el viento helado que arremetía contra los que charlaban en la entrada del edificio, sino por las palabras que acababa de escuchar. Su cabeza daba vueltas. Afloraban sentimientos que iban y venían, pero sobre todo desolación, tiritaba de miedo y de desolación.

-“Desgraciadamente hemos de prescindir de sus servicios. Valoramos la encomiable labor realizada durante estos años en la empresa, así como su dedicación y eficiente trabajo, pero son tiempos difíciles y nos vemos obligados a reducir costes para evitar el cierre total”.

Una frase terrible, demoledora… fatal.

Miro la puerta de cristal, aquella que había atravesado cientos de veces y que ahora se le antojaba extraña. Luego recorrió con la vista la fachada del edificio hasta llegar a la doceava planta. Se detuvo en la ventana de cristal del que hasta hoy había sido su despacho. Luego apuró el cigarrillo, lo tiró al suelo y levantándose la solapa del abrigo se dirigió hacia el metro.

Durante unos instantes su silueta fue reconocible. Tenía una peculiar forma de andar, como a saltitos. Después… después se perdió entre la multitud y pasó a ser uno más.

martes, 11 de enero de 2011

I am... on it.



I follow your steps.I listen your insufficient explanations carefully.
I look at time and again your controlled and incomplete master classes.
I invent things that fail in your teachings, either because you think they are your "tricks" or because trade issues.
I'm still far, but I'm advancing and I will catch you up one these days.
That day I will also carry out a demonstration.
I will try that be more complete than yours, but not quite.
In fact, the investigator effort, that inevitably you force, is what differentiates the simple copy of the attainment of an own mark.
Thanks for “not to explain everything”.

En ello ando.
Sigo vuestros pasos. Escucho atentamente vuestras insuficientes explicaciones.
Miro una y otra vez vuestras controladas e incompletas clases magistrales.
Invento aquello que omitís en vuestras enseñanzas, bien porque creeis que son vuestros "trucos" o por
cuestiones comerciales.
Aún estoy lejos, pero avanzo y un diá os alcanzaré.
Ese día yo tambien haré un tutorial.
Intentaré que sea más completo que los vuestros, pero no del todo.
En el fondo, el esfuerzo investigador, que inevitablemente forzais, es lo que diferencia la mera copia de la creación de una marca propia.
Gracias por "no explicarlo todo".

sábado, 8 de enero de 2011

Salina San Vicente


En este nuestro mundo, frenético y alocado, los cambios se suceden vertiginosamente y casi no alcanzamos a asimilarlos. Por eso es sumamente gratificante visitar lugares en los que el tiempo parece ralentizarse y en los que las cosas cambian muy despacio o no cambian. Estoy en San Fernando, Cadiz, donde Manolo me cuenta la dinámica de obtención de la sal, los esteros, los cristalizadores,.. ¡El proceso no ha cambiado prácticamente nada desde los romanos! En sus palabras hay mucha experiencia y en sus ojos emoción al mirar el enorme montón blanco que hay frente a nosotros. Toda una vida dedicada a la sal.

Seguimos caminando y encontramos a dos operarios que recogen muy despacio la corteza superior ya solidificada de la que saldrá la flor de sal. Un proceso minucioso, lento y por supuesto manual.

La siguiente generación viene pisando fuerte con nuevas ideas: la sal de hielo, un magnífico restaurante, innovaciones culinarias... avances necesarios porque la competencia de la industria es dura y los procesos artesanales no están justamente valorados. Una pena.

Según cuenta Estrabon (III,5,11) los fenicios de Gadir intercambiaban plomo y estaño por sal con las Cassiterides. Sobrecoge pensar que estoy contemplando el mismo proceso en el mismo lugar en el que se producían esas transacciones varios milenios atrás.