Desde el puente de madera el agua parece un espejo. El sol, interrumpido en algunos tramos por la sombra de los árboles, pugna por atravesar la superficie y llevar la luz y el calor hasta el fondo del pequeño estanque y en su interior la vida se adivina por las pequeñas burbujas que emergen rítmicamente.
Bonito tema para un apunte, de modo que busco el punto de vista mas adecuado, saco el bloc y las acuarelas y me pongo manos a la obra.
Unos trazos de lápiz aquí y allá y ya esta encajado, ahora a pintar.
Media hora y ya esta listo, no lo toco mas. El simpático viejecito que me ha estado ayudando con sus consejos también lo da por terminado, de modo que recojo el material y continúo el paseo.
Podría haber sido así, pero la verdad es que está pintado en casa a partir de una foto que hice aquel día del verano pasado.
¡Que ganas tengo de que llegue el buen tiempo!