bienvenido

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miércoles, 9 de abril de 2014

Pide un deseo.


Después de mirar el techo durante un rato dijo:

-Ya lo tengo. Mi deseo es que la c…
-¡NO LO HAGAS! Si lo dices en voz alta no se cumplirá.

Me miró fijamente.
Poco a poco sus ojos se fueron llenando de lágrimas y, tras un eterno silencio, me dijo:

-¡Es que si no te lo digo no podrá cumplirse nunca!

Volvió a quedarse en silencio.
Su cara enrojeció y de pronto me espetó:

 - Si lo digo no se cumplirá y si no lo digo no se cumplirá tampoco, ¿de qué me sirve pedir el deseo? Es un juego estúpido.

 Mientras desaparecía tras un fortísimo portazo me esforcé en buscar una forma de consolarle, pero no lo conseguí.